A pesar de la atenta y agradecida recepción que el ya emperador Carlos V concedió a Elcano y dos compañeros más tras la culminación de la primera vuelta al mundo, a los que hizo ir a Valladolid, donde a la sazón se encontraba Su Majestad, algunas dudas hicieron que el alcalde de Casa y Corte, Sancho Díaz de Leguizamo, llamase a declarar por separado a Juan Sebastian de Elcano, capitán, Francisco Albo, piloto, y Fernando Bustamante, barbero y curandero de la nao «Vitoria».
Las preguntas tenían que ver con hechos de sangre habidos en la armada, incluida la muerte del propio Magallanes, y con el destino de mercaderías y posibles botines…
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Transliterado por Cristóbal Bernal de la copia manuscrita que se guarda en el Archivo de Indias de Sevilla, puedes decargártelo pinchando en la ilustración o desde aquí: es la 11ª entrega de nuestra colección de ‘Documentos para el Vº Centenario’.
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